Rey consorte de España, don Francisco,
Esposo de Isabel, reina de España,
Fue víctima en la corte de la intriga,
Del chisme, del complot y la artimaña.
Decían los chismes que esos once hijos,
Que la pareja concibió con “tanto esfuerzo”,
No eran de Pacho; eran de otros señores,
Cosas de cuernos; que enredan el entuerto.
Que la reina tenía ninfomanía,
Y de Francisco; que le decían “Paquita”,
Que era un rey más volteado que una arepa,
Mejor dicho que era un rey muy mariquita.
Cuchufletas y coplas les hicieron.
Búrlanse todos de la real pareja:
(Yo les transcribo una copla y un soneto,
Ahí se las dejo: servidas en bandeja.)
(A Francisco)
“Gran problema es en la corte
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea parado.”
(A Isabel II)
“Es madre, y de sus hijos se murmura;
Es vieja y con enredos se entretiene;
Es rica, y nadie sabe lo que tiene;
Es enferma de amor, y pide cura.
Aunque todos le han visto la figura,
Dicen que con su espíritu se aviene,
Y tímido o viril, según conviene
El eco de su voz vibra en la altura.
Pilláronla una vez en un renuncio,
Y aún puedes ver impreso en los diarios
De su historia fatal el claro anuncio.
Vive en la corte, haciendo calendarios,
Y en la plaza del rey o en la del nuncio
Admite flete a precios ordinarios.”
☺
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