Era blanco el Emir y rubicundo;
De rojo y negro teñíase la barba;
De azules ojos y cabellos rubios,
Un poco brusco y de existencia amarga.
Aseguran que en el sexo fue eficiente,
Que a sus esposas, por igual las complacía,
Pero que a Oneca, por ser la más hermosa,
Todas las noches, la hacía su preferida.
Tuvo en aquella, su más puro descendiente
Y por supuesto, lo nombra su heredero,
Pero a este, lo asesina un medio-hermano,
Hijo de alguna que se comió primero.
Sin muchas vueltas, condena al asesino,
Luego a su nieto, lo nombra sucesor,
Más tarde muere, cercano a los setenta
Muy corta historia de amor y de dolor.
☺
1 comentario:
El erotismo siempre es causa de poesía.
Felicitaciones, muy bueno el Blogg
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