Es el niño que a través de muchos siglos,
Famoso ha sido en la mitología,
El con sus flechas une los corazones,
Y convierte cualquier ruido en melodía.
Era el hijo de Venus y de Marte;
Los dioses del amor y de la guerra.
Por eso es que no hay paz en los amores,
Y tendrá celos, quien al amor se aferra.
Amoroso es él, y a veces despiadado;
Tiene dos flechas que a discreción dispara;
Una es de amor, de romances y pasiones,
Y la otra flecha indiferencia nos depara.
Flecha de amor que atraviesa una pareja,
De dicha cantarán los corazones;
Mas si es la otra, la de la indiferencia,
Los buenos quedarán como “güevones”.
Pero el niño travieso, no es inmune;
Su propia flecha, se clavó él un día;
Se enamora de Psique solo al verla,
Y allí bailó con su propia melodía.
Como Psique es mortal, y él del Olimpo,
No debe ella verle la cara ni un poquito;
Por eso ella con pasión cierra los ojos,
Cuando Cupido la seduce y le hace rico.
(Tal vez por eso las mujeres de hoy en día,
En sus noches de placer y sin disipo,
Cuando están con su pareja ensimismadas,
Cierran los ojos, y a pensar en otro tipo.)
Pero un día la ingenua de la Psique,
Abre los ojos en medio de quejidos,
Le ve la cara a Cupido sin reservas,
Sin saber que con esto lo ha perdido.
Los castigan por el acto irreverente,
Y estas almas de amor son separadas;
A ella le ponen las más terribles pruebas,
Que va sorteando con fuerza de enamorada.
Por curiosa, (al fin mujer) la dulce amante,
Abre una caja allá en el inframundo,
Y la caja emana un gas que a Psique duerme,
Dándole muerte en un sueño muy profundo.
Pero Cupido enamorado va y la busca,
Cuando la encuentra la saca de ese sueño;
Ya puede verlo: los dioses los perdonan,
Y Cupido de la Psique, ahora es su dueño.
Cupido que es amor, y Psique El Alma,
Se unieron y de la unión, hija les nace;
Su nombre fue Placer, (igual Voluptas);
Voluptuoso placer que satisface.
☺
1 comentario:
Está my bueno, divertido e instructivo al mismo tiemo
Publicar un comentario