lunes, 31 de marzo de 2008

AUGUSTA MARÍA LUISA CATALINA DE SAJONIA


Augusta de tan solo quince “abriles”
Vio en don Guillermo, alagador futuro,

Pero al príncipe Augusta no lo atrae,
No era sexi la niña, ni el muy puro.


Pero Augusta de aquel, si se enamora,
Y esperaba feliz tener su boda,
Y recién cuando ella cumple sus diez y ocho,
Ellos se casan; ella se entrega toda.

Unas semanas viviendo en armonía,
Y la princesa pronto a punto de aburrirse,
No quiere  sobriedad, lores, ni cortes,
Ni distraerse, ni jugar, menos reírse.

El príncipe Guillermo se lamenta,
Porque su esposa no es nada femenina;
Que ella en la cama,  le hablará del techo,
Si se voltea,  hablará de la cortina.


Y viendo entonces que su cama no funciona, 

Guillermo se consigue amantes varias.
La princesita va quedando abandonada,
Consintiéndose sus glándulas mamarias.

Esto indica de forma contundente,
Que una cama muy mal administrada,
Conlleva al hombre a vivir sus aventuras,
Colocándole los cuernos a su amada.


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