sábado, 22 de marzo de 2008

AFRODITA



Hablar de esta Diosa no es tan fácil,
Pues su belleza me torna en un ajiaco;
Era la Diosa del amor físico y loco,
Su solo nombre es ya un afrodisiaco.

Esta Diosa con propios festivales,
Y de sexo y amor sacerdotisas,
Que en Atenas hacían los bacanales
En su honor y adoración, muertas de risa.

En sus templos y santuarios practicaban
“prostitución religiosa”, le decían,
Que no era más que armar grandes orgias,
Donde sexo y amor se repartían.

Allá en Grecia, la Italia, y medio oriente,
La adoraban con pasión las prostitutas,
Heteras, cortesanas, las infieles…
Mejor dicho; patrona fue de putas.

Esta Diosa nació, según el mito,
Del pene que cortado al Dios Urano,
Manaba blanca espuma por los bordes,
Y que siempre siguió vivo este banano.

De aquella espuma Afrodita nacía;
Y salió del mar, ya siendo muy hermosa. 
Como la “pinta” el gran maestro Apeles;
Muy excitante, muy poco candorosa.

Pensando que debido a su belleza,
Se pelearan los dioses del Olimpo,
El gran Zeus la “casa” con Hefesto,
Cojo y deforme, un Dios muy poco lindo.

Aquella unión, afecta a nuestra Diosa,
Es infeliz, no tiene días tiernos,
Como es tan bella, los Dioses la persiguen,
Y al viejo Hefesto le va poniendo cuernos.

Dicen que tuvo la Diosa amantes varios,
Pero de todos, el Dios Ares fue primero,
Helios los pilla y le cuenta al buen Hefesto
Y este decide atrapar los embusteros.

Con fina red la trampa les fabrica,
Para atraparlos, aunque no sabe cuando,
Y un día que Ares se le metió en la cama,
El Dios del fuego los “enmalló” tirando.

Supieron todos; los Dioses se burlaron,
Las Diosas todas, obraron con prudencia,
Más los amantes después de aquel escarnio,
Siguen su cuento, aunque con más sapiencia.

Hay cosas más, aparte de esos cuernos,
Para contar de la Diosa loca y bella.
Pero en los versos de personajes varios,
Saldrán seguro, más historias de ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El erotismo siempre da oportunidad a la poesía.
Felicitaciones, muy bueno el Blogg

Anónimo dijo...

Más sabe el diablo por los cuernos que por diablo