lunes, 31 de marzo de 2008

EDUARDO VIII



Don Eduardo octavo, amaba a su amante,
Con tanta vehemencia, que por ella dio;

De Inglaterra el trono, cedió su corona,

Y a pesar de todos, con ella se unió.

Wallis se llamaba, de apellido Simpson;
Era la “gringuita”, que a Eduardo atrapó,
Tenía mucha fama de ser “casquifloja”,
Y no era muy buena su reputación.

Eduardo la amaba tan intensamente,
Que por ella entonces, su trono abdicó,
No quiso por ella, seguir de monarca,
Y tan solo un año, cual rey gobernó.

Fue tanto y tan fuerte el amor por Wallis,
Que antes de morirse, Eduardo ordenó;
No ser sepultado, en real mausoleo, 
Quiere que lo entierren, con Wallis, con su amor.

Aunque se especula, que el no tuvo hijos,
Hace poco tiempo, se le confirmó,
Que en Cali, Colombia, le nació una hija,
Una americana, un su fruto de amor.

Historia muy tierna, nada hubo de cuernos,
Tampoco de sexo, solo fue de amor;
Solo que confirma aquel viejo adagio:
“Yo doy mi corona, por tan bella flor”.



EDUARDO II DE INGLATERRA


La Historia nos cuenta, que allá en Inglaterra
Hubo un rey un día; muy poco varón,
Le colocan cuernos; grandes, relucientes,
Solo porque a hombres, entregó su amor.

Eduardo Segundo, fue un rey de Inglaterra,
Nació en el castillo de “Caernarfón”,
De Leonor fue hijo, y de Eduardo primero,
De ésa descendencia, fue único varón.

Conoció él, en Francia, a la Isabelita,
Y en ciudad Bolougne se casan los dos,
A Isabel de Francia le dicen “La Loba”,
¿Qué clase de loba? Lo sabrá mi Dios.

Su gobierno es débil, intrigas no faltan,
Su esposa encabeza la sublevación,
Lo tachan de “raro”, por que tiene amores,
Con unos Despencer, y Piers Gavestón.

Mortimer (Sir Roger), e Isabel su amante,
Los dos le declaran total rebelión;
Los ayuda el Papa, y allá, desde Francia,
Planean su caída y la gran invasión.

Con Eduardo preso; la reina y su amante,
Deciden matarlo, sin más compasión,
Penetran en su ano, daga al rojo vivo,
Y matan a Eduardo, por ser “maricón”.

Dicen los chismosos, o los humoristas,
Que al sentir la daga, solo murmuró;
“Yo muero en lo mío, muero de contento,
Que hombre tan ardiente, que a mí me tocó.”

EDIPO


La Mitología nos cuenta esta historia,
Un caso de crimen e incesto mayor,
De un joven que un día matara a su padre,
Y con su propia madre, después se acostó.

Yocasta y Laio casaronse un día,
Y resulta estéril, por cierto, esta unión;
Se van de consulta y allí les dijeron,
Que si nace un niño matará al “patrón”.

Al poquito tiempo, la hermosa Yocasta,
Trajo al mundo un hijo, un hijo varón,
Y Laio temiendo que éste lo matara,
Al niño ata a un árbol y lo abandonó.

Esa tarde Forbas, paseando en el monte,
Encontrose al niño, este buen pastor;
Apiadase entonces y recoge al niño,
Llamándole Oidipus, con el lo llevó.

Lo llevó a sus reyes, Merope y Polibo,
Y el recién nacido a ellos encantó;
Lo adoptan, lo quieren sin ningún prejuicio,
Y allí en su palacio, el niño creció.

Edipo consulta, oráculo en Delfos,
Y allí le revelan su verdad de horror,
Le hablan del incesto que habrá con su madre,
Y que de su padre será el matador.

Huyendo al destino, no vuelve a palacio,
Y un carro a su paso se le atravesó;
Se forma una riña, Laio estaba en ella,
Y sin saber quien era, Edipo atacó.

Mató pues a Laio, su padre de veras,
Y primera parte, el destino cumplió;
Después llega a Tebas, buscando fortuna,
Y se enfrenta a un monstruo a cual derrotó.

Como recompensa por matar al monstruo,
A Edipo le pagan con cetro y amor,
Lo mandan al lecho de la misma reina,
Ella era Yocasta, la que lo parió.

Así lo predicho, todo se cumplía,
De su propio padre, el fue el matador,
Cayó en el incesto con su propia madre;
Más el fue inocente, nada fue su error.

ANA DE MENDOZA - LA PRINCESA DE ÉBOLI

Dicen que fue de carácter muy altivo,
Que fue rebelde, dominante, apasionada;
Que fue voluble, como todos los Mendoza,
Y que su vida, en su niñez, fue muy calmada.

Que pierde un ojo en práctica de espada,
O tal vez fue por montar en yegua arisca;
Otros dicen que la niña no era tuerta,
Que su ojo se tapaba por ser bizca.

A pesar de su parche en el ojito,
Nos cuentan que era dama muy bonita;
En el día de su boda la describen,
Como novia bonita, aunque chiquita.

La casaron de solo doce abriles,
Con noble segundón de Portugal;
Era Ruí, mucho mayor que ella,
Y el “casorio” no pueden consumar.

Pasa un lustro y la joven señorita,
De miel la luna, ya puede realizar;
En trece años que dura el matrimonio,
Llegan seis hijos a alegrar su hogar.

Ya Princesa de Éboli, es Anita;
Además es Duquesa de Pastrana;
Su marido la colma de riquezas,
Y es famosa por ser muy noble dama.

Cuando muere su marido, ella se aísla,
En el convento que fundó Santa Teresa;
Allí se queda rodeada de sirvientas,
Y la Abadesa la apodó: “monja princesa”.

La leyenda le acomoda sus amantes,
Felipe, el rey, dicen que fue el primero;
Luego le asignan a su “secre”, Antonio Pérez,
Pero nunca lo comprueban por entero.

Ésta historia la montó don Escobedo,
Pero dice Marañón que no fue cierta;
Que una lágrima nada más derrama ella,
Por la simple razón de que era Tuerta.

DU BARRY JEANNE BECU

Es la hija natural de un viejo ex-monje,
Y su madre Anne Bècu de Cantigny;
Aristócrata y condesa fue su abuela,
Y su abuelo, un cocinero de Paris.

Por esa sangre azul que había en sus venas,
En convento para nobles, fue educada;
Se codeó con las niñas de las cortes,
Y salió cual gran dama preparada.

Se empleó con una viuda, de “lectora”,
Y despierta en el sexo, en sus albores,
La viuda sigue a Jeanne y la sorprende,
Cuando entrégale a su hijo, sus favores.

Como era bella, irresistible y seductora,
Atrajo hombres, del común y nobles;
Se convierte en la amante de Du Barry,
Y maneja su lugar de apuestas dobles.

Conoce allí a Richelieu; mariscal-duque,

Y éste a Luis XV, la llevo con sutileza;
El rey se prenda de la nueva madame,
Por su porte, su elegancia y su belleza.

El rey Luis XV, la convirtió en su amante,
Y quiso, incluso, que Jeanne fuera su esposa,
Pero se oponen el clero y la familia,
Y en “favorita del rey”, quedó la cosa.

Con el conde Du Barry, el rey la casa,
Para darle un lugar en la nobleza;
Con esto la introduce en el palacio;
Y su amante, ahora es noble condesa.

Por el hecho de ser “la favorita”,
Se vuelve blanco de las oposiciones,
Y a pesar de conducta irreprochable,
Es atacada con mil difamaciones.

Tras muy cruel agonía, el rey se muere,
Y en un convento, la condesa es recluida,

A instancias de la tal María-Antonieta,
Jeanne marchita lindos años de su vida.

Cuando la sacan de su prisión injusta,
Aún es bella y con riquezas a montón;
Como es soltera y no tiene compromisos,
Tiene amores con Hercule-Timoleón.

Pero Hercule-Timoleón, es perseguido,
Cuando estalla, revolución francesa;
Lo masacran en las calles parisinas,
Y a los pies de Jeanne, traen su cabeza.

Ella es juzgada y sentenciada a muerte,
Su ruego por su vida, salió en vano,
Su cabeza, pierde en la guillotina,
Mientras le gritan: “es la puta del tirano”.

DOOLITTLE HILDA


Hilda Doolittle, nacida en Pensylvania,
Fue una escritora de poemas amorosos,
Y en sus escritos utiliza los modelos,
De amor lésbico,” hetero” y tormentoso.

Conoció a Ezra Pound, que era un poeta;
El fue influyente en su vida y sus escritos.
Se comprometen los dos en un romance,
Pero esta relación no dura un “pito”.

Conoce a Frances Gregg; una estudiante,
Su confianza y amor, Hilda se gana;
Inician pues, relaciones especiales,
Y allí debuta en el amor como lesbiana.

Aunque se casa, e incluso tiene hijos,
Ser bisexual, tiene sus prioridades.
Consigue amantes sin importar el sexo;
Disfruta todo, con bondades y maldades.

La relación con Frances se le va enfriando,
Y conoce otra mujer; Brigit Patmore,
Y aunque tienen relaciones amorosas,
Ésta la trae a un señor que la enamore.

Richard se llama el señor que le presenta;
Con él se casa, e incluso le da una hija;
La niña muere y Richard se distancia,
Pues no desea relación rara y prolija.

Tiene un amor platónico y extraño,
Con D. Lawrence. (Famoso y escritor)
También convive con un amigo de éste,
Con un tal Cecil, quien luego la embarazó.

Conoce Bryher, británica escritora,
Y se convierten en amantes de por vida,
Mas las dos no abandonan a los hombres,
E inclusive pasan noches compartidas.

Bryher se casa con un señor, McAlmon,
Y el se convierte en amante de las dos.
Se divorcia y se casa con Macpherson,
Igual con este, hacen un trío de amor.

Hilda era virgo, nació el diez de septiembre,
Amantes tuvo, mujeres, matrimonios;
Si siendo “virgo”, tuvo vida tan dispersa,
Que habría pasado, de haber sido “capricornio”.



DENIS DIDEROT

El mismo dijo que vivía en libertinaje;
En sexo y en bohemia, todo haría;
Los amores y lecturas van marcando,
En Denis, lo que más le gustaría.

A Antoinette Champion, conoce un día;
Ella era pobre y humilde costurera;
Quieren casarse y el padre no lo aprueba,
Y lo encierra en un convento en primavera.

Denis se escapa del convento en pocos días,
Y camina por el campo hasta Paris;
Se enferma entonces y Antoinette lo cuida,
Y en secreto se casan; y él feliz.

La vida conyugal, no es "pera en dulce";
Pues Denis es impuntual, desordenado;
Se la pasa en cafés y en las parrandas,
Y regresa a la casa trasnochado.

Comienza un amorío clandestino,
Con Madame de Puisieux, primera en lista,
De una serie de amantes “oficiales”,
Que mantiene Diderot siempre a la vista.

Y después de tener muchos romances,
Se enamora de una dama solterona;
Poco de sexo, sostiene con aquella,
Ella era seca, erudita y cuarentona.

Sophie Volland, es el nombre de la dama;
Con ella tiene un amorío sin par;
Por muchos años se cruzan bellas cartas,
En el más bello romance epistolar.

Y fue Sophie, la erudita con gafas,
La que a Denis, el escritor, le dio la media;
Con sus cartas y su empuje lo llevaba,
A escribir y terminar la Enciclopedia.

Esto comprueba que el sexo no lo es todo,
Que si hay amor, habrá mucho que hacer,
Que detrás de los hombres que son grandes,
Siempre estará involucrada una mujer.



DALILA


Ella era bella, sutil y seductora,
Mas, no sabemos si fue rubia o fue morena,
Y aunque era sexi, muy linda y primorosa,
Preguntamos a Sansón: ¿valió la pena?

Dalila a Sansón fue seduciendo,
Por encargo de un jefe filesteo;
Y muy pronto lo metió en su lecho,
Sin que fuera menester el himeneo.

Querían saber de Sansón lo necesario,
El porqué de su fuerza poderosa;
Y Dalila con el poder del cuerpo,
Sacaría esa verdad tan misteriosa.

Ella lo mima, lo calienta y le da vino,
Y le hace ver que es una bestia en celo;
Sansón excitado y ya borracho,
Le contó que su fuerza está en el pelo.

Después de tenerlo dominado,
Con el vino y ese placer que daba,
Dalila se consigue unas tijeras,
Para cortarle aquello que colgaba.

Las trenzas a Sansón, ella le corta,
Y salió con el pelo, cual trofeo,
Entregando a Sansón a los guardianes,
Diciendo que así calvo era muy feo.

Y ésta fue la historia de Dalila,
La filistea que dio el cuerpo por su raza.
(Señoras: piensen mal si sus maridos,
Llegan sin fuerza y trasquilados a la casa.)



DAFNIS

Su madre lo abandona siendo infante,
En hermoso sembrado de laureles;
Allí es criado por las ninfas y pastores,
Que cuidaron de sus amaneceres.

Favorito de dioses como Apolo,
Como Pan; que lo enseñó a cantar;
De las musas que le inspiran poesía
;
Y que él compone por sus dioses deleitar.

Una náyade cuyo nombre era Xenea,
De él se enamora y le hace prometer;
Que jamás haga el amor, si no es con ella,
Y si incumple, pierde el don de poder ver.

Dafnis resiste numerosas tentaciones,
A él lo persiguen por ser hermoso y macho;
Y una princesa lo enamora y le da vino,
Y Dafnis cede; pues lo cogió borracho.

La náyade, si cumplió lo prometido;
Lo deja ciego y para Dafnis es suplicio;
Deambula por el valle y sin ver nada,
Él se mata cayendo a un precipicio.

Moraleja hay aquí para los hombres,
Y que yo les transmito desde luego:
No se emborrachen cuando salgan con mujeres,
Porque el vino al amor, lo deja ciego.



DAFNE


Era una Ninfa particular la Dafne,
Pues ella jura, jamás darle a un varón,
Sus encantos, su cuerpo, ni su canto;
No empeñaría jamás su corazón.

Un día cantando, la sorprende Apolo,
Y se prenda de ella en ese día;
Dafne lo advierte y para su cantata,
Está asustada y no encuentra una salida.

Apolo quiere conquistar la bella ninfa,
¿Usando su poder? ¡Si! Desde luego;
Ella suplica, por piedad, que se detenga,
Pero el dios seductor es sordo al ruego.

Dafne se echa a correr como una loca,
No sabe a donde ir, ya no hay salida;
Entonces pide a la Tierra que la ayude,
Ésta la escucha, y le cambió la vida.

Su suave piel, se cubre de corteza,
Su cuerpo de mujer, tronco se forma,
Sus cabellos se vuelven un ramaje,
Y poco a poco en un árbol se transforma.

Apolo lloró triste frente al árbol,
Y lo único que pudo, fué abrazarlo.
Dicen que hay muchas mujeres en el mundo,
Que “de palo” se convierten, "pa´ no darlo”.



COLETTE - SIDONIE GABRIELLE


Sidonie Gabrielle su nombre era,
Hija de Sido y Colette, el capitán;
Disfruta muy feliz su tierna infancia,
Y ya adolecente conoce un charlatán.

Henry Gauthier que era apodado “el Willy”,
Logra atraparla y ella entregó su amor,
Sin saber que el tal Willy era un canalla,
Un parisino, vividor y explotador.

Se casaron y Willy “sacó las uñas”,
Al descubrir que su esposa era escritora,
Publica sus escritos y él los firma;
Y además cuernos le pone a su señora.

Indignada contra su infiel esposo,
Desesperada, como esposa burlada,
Colette se libera poco a poco,
Y se dedica a una vida disipada.

Baila desnuda en Paris y en otras partes,
Sostiene varios romances homosexuales,
Con la hija de un gran duque y con Auguste,
Y con otras… para calmar sus males.

Ella escribe, enseña y se empelota,
Lleva una vida ligera y agitada;
Se divorcia por fin de Henry (Willy),
Y se casa con Jouvenel ya más calmada.

Fue prolífica y grande esta escritora;
Sus obras son de exquisitez hermosa;
Fue inteligente, tierna y encantadora
También fue gay, “estriptisera”, escandalosa.

CLITEMNESTRA


Hija de Tindáreo y Leda; Clitemnestra.
De Helena hermana y de los Dioscuros;
Casó con Tántalo, en sus primeras nupcias,
Y a éste lo mata Agamenón, un día oscuro.

Después de que matan a su esposo,
Ella es casada, a la fuerza, al asesino;
Un oráculo predice que a su hija,
También la mata Agamenón: es su destino.

Esto hace que Clitemnestra monte en odio,
Y por siempre desprecie a su marido;
Que le ponga los cuernos con Egisto,
Y planee darle muerte al “mal-partido”.

Entretanto Agamenón que estaba en Troya,
Conoce a la Criseis: linda adivina;
Se la asignan como trofeo de guerra,
Y el la toma como su concubina.

Agamenón con Criseis, vuelve a Micenas,
Y allí lo espera Clitemnestra con su amante;
Entre los dos le tienden una trampa,
Y lo matan sin dudarlo ni un instante.

Mas la historia de Clitemnestra no termina;
El romance con Egisto continuaba;
Hasta que Orestes que era su propio hijo,
Toma venganza por su padre y la mataba.

Enseñanza que le queda a las señoras,
Que con su amante no maten a su esposo;
Mejor que dejen al que sea menos querido,
O vivir con los dos...? No: es peligroso.



CLAUDIO. - Tiberio Claudio Cesar Augusto Germánico


Dicen tenía, aspecto de grandeza,
De dignidad; ya fuera en pie o sentado,
Que el era hermoso, pero si caminaba,
Se notaba “tembleques” y agachado.

Su madre, al pobre Claudio despreciaba;
Lo trataba de “imbécil” y “rareza”.
Le decía “caricatura de hombre”
Que era “un aborto de la naturaleza”.

El cojeaba y sufría de epilepsia,
Y de esclerosis y tics en la cabeza;
Si enfadaba, le goteaban las narices,
Soltando espuma por la boca, cual cerveza.

En su vida amorosa es diferente.
El fue distinto a sus antecesores;
El no gustaba del homosexualismo;
No tenía “novios” como otros emperadores.

Contrajo nupcias con la Livia Medulina,
Y para este matrimonio no hubo pacto.
Mas Medulina murió ese mismo día,
Fue de repente: Dicen que fue en el acto.

Se casa entonces con Plautia Urgulanilla,
Poco después de romper un compromiso,
Que había adquirido con su prima Emilia Lépida,
Que por razones políticas deshizo.

Con Urgulanilla, Claudio tuvo descendencia,
La niña Claudia y a su hijo Claudio Druso.
Mas repudia a la niña por los cuernos,
Que Urgulanilla con libertos fue y le puso.

Se divorcia por los cuernos y otras cosas;
Por sospechar que ella mata a su cuñada.
(Además la niña llamada Claudia,
Nace después que la pareja es separada.)

Se casa ahora con Aelia Paetina,
Nace otra Claudia, con esta nueva esposa,
Y se divorcian porque Aelia de él abusa.
(Moralmente, porque en sexo no lo acosa.)

Tras matrimonios varios, ya fracasados,
Se casa con Valeria Mesalina;
Con ésta el caso se tornó mucho más grave,
Porque ella en sexo, el placer no lo escatima.

Mesalina muchos cuernos le coloca;
Ninfómana es, y es muy descontrolada;
Llegó inclusive a competir con prostitutas,
"Quien en la cama más varones aguantaba".

Agripina la menor, su última esposa,
Ambiciosa y audaz, logra enredarlo;
Esta le miente, manipula y cornifica;
Y ya a Claudio, por su honor, mejor guardarlo.



JULIO CESAR


De sus esposas, primero fue Cossutia,
Joven muy rica, mas sin nobleza alguna;
El la repudia y se casa con Cornelia,
Hija de Cinna, quien también tiene fortuna.

Terceras nupcias contrae, y es Pompeya
La que sigue en su lista de consortes;
Según dicen la Pompeya lo engañaba,
Con un joven patricio de la corte.

Se divorcia y se casa con la cuarta,
Que Calpurnia Pisonis se llamara,
Ella si lo acompaña hasta la muerte;
Mas su historia de amor, aquí no para.

Du descendencia causó gran controversia,
(El hijo de Cornelia, es la excepción).
Sus otros hijos quedaron siempre en duda,
Incluyendo al de Cleopatra: Cesarión.

Sus conquistas de amores se paseaban,
Entre la alcurnia y sociedad romana.
Según Suetonio fueron muchas las mujeres,
Mas nombraremos solo algunas “casquivanas”

Cornificó a Sulpicio con Postumia,
Y a Gabinio con Lollia, que era su esposa;
A Licinio Craso con su cónyuge: Tertulla,
Y a don Pompeyo, con su Mucia fue la cosa.

Con Servilia Cepionis, también sale;
Y a ésta sí, su corazón entrega.
También le entrega una perla, la más cara;
Ella es la madre de su Bruto y el no niega.

También mantuvo relaciones con Eunoe,
Del rey de Mauritania, era la esposa.
Con séptima versión de Cleopatra,
Reina de Egipto y tal vez la más hermosa.

Los affaires de amor de Julio César,
Fueron tantos… y muchos no narrados.
Era tal su inclinación a estos placeres,
Que este verso cantaban sus soldados.


“Ciudadanos, vigilad a vuestras mujeres:
Traemos a un adúltero calvo.
Has fornicado en Galia
Con el oro que tomaste prestado en Roma".


LA CELESTINA

La Celestina, como el nombre nos lo indica,
Tiene que ver con sexo amor y cuernos;
Es la alcahueta del sexo clandestino,
Y a veces también tapa amores tiernos.

La Celestina que aquí nos interesa,
Protagoniza la gran tragicomedia,
Que fue escrita por don Fernando Rojas,
Y que data del final de la edad media.

Buscando su halcón llega Calisto,
Hasta el huerto de Melibea un día;
El la ve y se enamora como un loco,
Pero aquella con ese hombre no quería.

Por consejo de Sempronio que es su criado,
El Calisto va y contacta a Celestina.
Esta que ahora maneja  prostitutas,
Es experta en las citas clandestinas.

Haciéndose pasar por vendedora,
Celestina entra a casa de Melibea;
Le vende una oración para las muelas,
Y el plan prepara, de amores, como sea.

En complot con sus “nenas” y los criados,
Con el diablo hace un pacto, la alcahueta,
Que se enamore de Calisto, Melibea,
Y un criado esquivo, con su “nena” comprometa.

Le pagaron el favor a Celestina,
Con unas joyas que discordias despertaron;
Los criados que ayudaron querían parte,
Ella no dio, y sus “socios” la mataron.

Los criados de Calisto se van presos,
Las prostitutas, se quedan sin amantes,
Calisto huyendo se mató en una caída,
Y la chica se suicida en ese instante.

Esa es a grandes rasgos la tragedia,
En que muere la alcahueta y los “pichones”.
Celestinas, hoy en día hay por doquiera,
Que nos venden chicas lindas por montones
.


CATALINA PARR

Tiene su puesto especial en las historias
De Inglaterra; la reina más casada.
Cuatro esposos y tres veces enviuda;
Amantes; uno, en su vida equilibrada.

De quince años contrajo matrimonio,
Con Eduardo Borough, primer esposo.
Con este aguanta, la unión solo dos años,
Y él se muere, pero pasó sabroso.

A los veintiuno se casa nuevamente,
Con Juan Neville, otro Lord de la Inglaterra.
Este aguanta un poco más, tal vez nueve años,
Pero igual, Catalina es quien lo entierra.

Tras la muerte del Lord, don Juan Neville,
Se consigue un amante que es Barón;
Era varón, con “B” larga y “V” corta,
Que no se muere… le sale aguantador.

Conoce entonces al rey Enrique Octavo,
Y el reyecito, de ella se enamoró;
Se casaron y vivieron muy felices,
Y el nuevo esposo, cuatro años le duró.

Tras la muerte de su tercer esposo,
Se casa entonces con el que fue su amante;
Este si dura… (¿Vendría con garantía?)
Y la deja embarazada en un instante.

Se complica su parto y ella muere.
Pero fue aguantadora; eso fue cierto:
Doscientos años más tarde abren su tumba,

Y resulta “enterito”; "¡que buen cuerpo!"


CATALINA II DE RUSIA

Mucho se dijo de la rusa Catalina,
Mucho de cierto y de mentira un poco;
Se cuentan historias escabrosas,
Pero esas, muy terribles, yo no toco.

Con Pedro se casó siendo muy joven;
El era un duque inmaduro e impotente;
Por supuesto, el matrimonio les fracasa,
Porque a la luna, esa de miel, no le entro el diente.

Don Pedro (infiel), Se consiguió una amante,
Elizabeth Vorontsova se llamaba;
Catalina lo triplica con los cuernos;
Consigue tres: su apetito no calmaba.

Estanislao, Sergei y Charles Williams,
Eran los nombres de los tres “apetitosos”;
Se vuelve amiga de una dama que es... ¿cuñada?
Es la hermana de la amante de su esposo.

Emperatriz de la Rusia es Catalina,
Y tiene amantes a granel, tales y cuales;
No podía controlar sus apetitos;
Fueron muchos, y aquí van los principales.

Grigori Orlov, fue uno de los primeros;
La historia nos contó que era muy bello;
Luego pasó Valssilchik, de nombre Alexis,
Que a la dama hipnotizó con sus destellos.

Pero llega el gran amor de Catalina;
Gregorio Alexandrovich; afortunado,
Erudito, muy guapo y musculoso,
Como era cruel, también tierno y agraciado.

Él le propone matrimonio a Catalina,
Y aunque era tuerto, siempre la tuvo entre los ojos;
Ella se niega y mejor le da riquezas,
Poder y gloria, que el acepta sin enojos.

Con don Gregorio, esa magia sexual por fin acaba,
Pero él sigue prestando sus servicios;
Él le presenta a Iván, Simón y a Pedro,
Que allá en la alcoba, le calmarán su vicio.

Otro bello y virtuoso amante llega,
Es Alexis Lanskoi, también hermoso;
Pero a este lo mata don Gregorio,
Pues el “tuerto” se puso muy celoso.

Le sucede por un año un nuevo Alexis,
Alexis Ermolov, su nombre era;
Duró  poco, porque el “tuerto”de  Gregorio,
"Le  echó el ojo". Y lo dejó por fuera..

Alexis Mamonov (Huy que apellido),
Sigue en la lista de amantes especiales;
Él la abandona por una princesita,
Ella lo aprueba, y pagó sus esponsales.

Y su último amante conocido,
Era un teniente de la caballería;
Platón Zubov, menor que ella muchos años;
Él la acompaña hasta el día en que moría.

Catalina La Grande, fue llamada,
Y su listado de amores fue muy cierto;
Tan solo quedaría una pregunta:
Que nos digan al fin…¿Qué fue del tuerto
?


CATALINA HOWARD

sexoamorycuernos
“La rosa sin espinas” le decían,
A Catalina (prima de Ana Bolena),
A los doce años inicia su aventura;
Muy jovencita se perdió esta nena.

Henry Mannox, fue su primer romance;
De música y amor fue su maestro;
Luego pasó el joven Francis Dereham,
Quien fue su amante; y en amores era diestro.

Ella vivía con su abuela en una casa,
De huéspedes, mansión de visitantes.
Allí se enreda en amores con los clientes,
Consiguiendo fácilmente sus amantes.

Consiguió un empleo con la reina,
Y pasa a ser su dama de compañía;
Allí el rey, Don Enrique, la persigue,
Por supuesto que la reina no sabía.

El rey muy pronto, anuló su matrimonio,
Y se casa con la joven Catalina.
El gordo rey ya frisaba los cincuenta,
“La rosa sin espinas”; una niña.

A pesar de riquezas y poderes,
El matrimonio aquel, no era lo suyo,
El cuerpo de ese rey le fastidiaba,
Su panza lastimaba hasta su orgullo.

Catalina buscaba y conseguía,
Amoríos y amantes por doquiera;
En la corte, en la guardia, o en la calle,
Muy poco le importaba como fuera.

Un cortesano, del rey un favorito;
T. Culpeper, se convirtió en su amor;
Y mientras tanto y simultáneamente,
Seguía flirteando con clientes de la mansión.

Las aventuras de la linda descarriada,
Llegan a Enrique a manera de rumor.
Este comprueba que era muy “cornificado”,
Y enfrenta el caso con sin igual rencor.

Ordena muerte a Culpeper y a Deraham,
A Lady Jane quien fuera su celestina,
Y a Catalina que le quiten la cabeza.
(El resto no; pues la nena es muy divina).

Ella ensayó como entrar al cadalso:
Verse muy bien, quería al fin y al cabo.
Y fue otro caso de amores y de cuernos,
Donde pierden la cabeza por un rabo.



CATALINA DE VALOIS (O DE FRANCIA)

sexoamorycuernos
Se casó con el rey Enrique quinto,
Entregando como dote La Corona.
¿Sería tan fea... para tan alto precio?
O el Enrique muy sagaz, va y los embroma.

La coronan como reina de Inglaterra,
Pero entrega su Francia a los ingleses;
La ambición de Inglaterra, rompe a Francia,
Por el miedo y cobardía de los franceses.

Ella enviuda justo al año siguiente,
Y sufre mucho con su pueblo destrozado;
La exilian de la corte sin su hijo,
Y en cuatro años nada le ha mejorado.

Comienza entonces furtivas relaciones,
Con el noble gales; Owen Tudor,
Él es “bueno”, atractivo, buen aspecto…
Y con esto, él se ganó su amor.

No se sabe si algún día se casaron,
O si vivieron su romance clandestino,
Los cronistas dijeron sin reparos,
Que la reina lo tenía a él “como marido”.

Los tutores de su hijo; Enrique sexto,
Los metieron a la cárcel… fue muy harto;
A él lo liberan y va a una guerra,
Y ella parece que se murió de parto.



CARLOS - PRINCIPE DE GALES


Entra también al grupo de famosos,
Por sus romances el príncipe de Gales;
No han sido muchos, pero sí sonoros:
¿Son solo tres?.. Son tres los principales.

Se casa con la rubia Diana Spencer,
Que era maestra de alguna guardería.
Ella se “roba” el show; protagonismo;
La poca prensa que el señor tenía.

Según los medios, el divorcio llega,
Por los mutuos cuernos que los dos ponían,
Ella con uno, que es empleado de confianza,
Y él con Camilla sus amores mantenía.

Aparte de Camilla, el príncipe flirteaba,
Con otras damas famosas del momento,
Se supo que salió con Barbra Streinsand,
Y con ella la paso como en un cuento.

Muere Diana y Carlitos se destapa,
Y su amor por Camilla, lo confiesa;
No aguanta más y por civil se casa,
Con la “vieja” de marras: Que tristeza.

A Camilla su amante vitalicia,
De Cornualles, convierten en duquesa.
Ese título parece bien le encaja,
Por los cuernos puestos a la nobleza.



CARLOS II DE INGLATERRA


Al no haber hijos con su esposa Catalina,
Se dedica a los amores más que dobles;
Tiene amantes en altas cantidades,
Muchas de ellas esposas de los nobles.

Nombraremos solamente aquellas damas,
Con las cuales el rey Carlos fue prolijo,
Esas damas que pasaron por su vida,
Y parieron a su rey, sus muchos hijos.

Margarita Carteret le dio a Jacobo,
Llamado a la sazón, Jacobo Estuardo;
Otro Jacobo habrá con Lucía Walter;
Jacobo Crofts, se llamaba este bastardo.

Con Lucía Walter, repite, (y van dos hijos),
Y María Crofts, se llamará la hijita;
Aunque dudaron si era de el, o de un Enrique,
Reconoce finalmente a la chiquita.

Isabel Killigrew, la vizcondesa,
Le da otra niña con el nombre de Jemina,
Y viene un niño llamado Carlos Fitzcharles,
Pero este, se lo dio fue Catalina.

Catalina (Pegge), también repite,
Le da otra niña, que también es Catalina;
Ella es Fitzcharles, también como su hermano,
Pero luego se convierte en sor Cecilia.

Bárbara Villiers, de Clevelan, es la duquesa,
Le da seis hijos, casi en años de seguidos;
Carlos y Ana que son Palmer de apellido,
Serán Fitzroy, al ser reconocidos.

Enrique, Jorge, Barbarita y la Carlota,
Todos Fitzroy, hijos de la duquesa,
¿Mas son del rey? Siempre nacieron dudas,
Que quedarán, porque nunca hubo certeza.

A Leonor Gwynne, le propinó dos hijos:
Jacobo y Carlos; Beauclert fue su apellido.
Hay otro Carlos, hijo de Luisa Renata,
Otra condesa, de las tantas que ha tenido.

Para variar, con una actriz se mete,
Con María “Moll” que es célebre cantante;
Con ella engendran a María Tudor, y acaba,
Con más de veinte hijos y… campante.

Esta historia enseña a las mujeres,
Que a su esposo deben cuidar un poco,
Si no lo hacen, pueden correr el riesgo,
De que el hombre se convierta en “pipi-loco”.



CASANOVA GIACOMO


El Famoso aventurero veneciano,
Don Giacomo Girolamo Casanova,
Inspiró el “don Giovanni” al maestro Mozart,
Y su apellido identifica al “caza bobas”.

Según dice en “La historia de mi vida”,
Donde escribe sus locas aventuras,
Ciento treinta y más; son sus conquistas,
Burlándose de todos siempre a oscuras.

En un “ménage à trois” con dos hermanas,
Su tierna inocencia perdería,
Cumpliendo apenas sus diez y seis abriles;
Y ya mostraba el apetito que tenía.

Cumple veintiuno, y mamá lo lleva a Roma,
Para que entre a los servicios religiosos,
Y adopta condición de frailecito,
Pero sigue en sus “affaires” amorosos.

Por ser “perro”, lo botan de ese puesto,
Y allí empezaron sus viajes y aventuras;
Conoce entre otras a su amada la Henriete,
Mujer que lo protege a él en las “duras”.

Volvió a Venecia y otro escándalo sostiene;
Un “ménage à quatre”, él va y se organiza,
Involucra a un Abad y a dos monjitas;
Fue una orgía de amor… y no una misa.

Por ser “brujo” y practicar la magia,
Y por muchas acciones depravadas,
Es internado en la prisión de “plomos”,
Mas con un monje, de la cárcel, se escapaba.

Se fue a Paris a codearse con los nobles,
Con Luis quince con madame y con su corte;
Pero allí Casanova vuelve y peca,
Y huyo de la ciudad con otro norte.

Va por Europa conquistando damas:
En Barcelona, de un capitán, la esposa.
El Capitán lo descubre y lo encarcela,
Pero el repite que su vida es muy sabrosa.

Deambulando por Italia, más romances,
A Leonilda se conquista por ahora;
La chica le propone matrimonio,
Y lo presenta con su progenitora.

Al ver a la mamá de la Leonilda,
La reconoce, pues ella fue su amante,
Sin importar si la chica era su hija,
“Ménage à trois”, organiza en el instante.

Muchas damas pasaron por su vida;
Su voraz apetito no saciaba.
Me pregunto si a demás de tantas “viejas”
El loco de Don Juan… ¿se masturbaba?



CASANDRA



“La que enreda a los hombres”: es Casandra;
Al nombre literal, falta justicia,
Otra cosa es que nadie a ella le crea,
Mas no enreda los hombres con malicia.

Mitológica mujer de antigua Grecia,
Era Casandra, tan bella en fantasía,
Que el dios Apolo, va y le propone cama,
Y a cambio dar le el don de profecía.

Ella le acepta, y se vuelve gran profeta,
Y para Apolo es su primera predicción:
“Jamás, mi dios, con usted voy a acostarme,
Nunca por esto tendrá mi corazón.”

Apolo entonces al sentirse traicionado,
Aunque la amaba, su condena sentenció;
Que nadie crea sus predicciones nunca, nunca.
Él la maldijo y en la boca le escupió.

(Casandra ahora debería ser la patrona,
De unos sujetos, que no tienen a nadie que les crea
Que nos predicen en T.V. cual será el clima,
Y no aciertan, ni con clima ni marea.)

Volviendo ahora con la mitología,
Con Troya en guerra, allá Casandra estuvo,
Y el Ayax la violó tras una estatua,
Y predecir esto… Casandra nunca pudo.

Como la estatua era imagen de Atenea,
Ésta se ofende por la vil violación.
Condena a Ayax a morir en un naufragio,
Y lo ejecuta el dios Poseidón.

Al rey Agamenón es entregada,
La Casandra, en plan de concubina,
Y al rey que ahora es su amante, ella le muestra,
Que conserva sus dotes de adivina.

Le dice que, mientras él guerreaba en Troya,
Su mujer, Clitemmestra, lo engañaba,
Que no fuera a escuchar lo que ella indique,
Porque o sino; su existencia allí acababa.

Agamenón en Casandra no ha creído;
Y ella recuerda de Apolo la sentencia:
Que no le crean, así sea por vida suya.
Y a ella y a él, los matan sin clemencia
.


CAROLINA DE MONACO

Sexoamorycuernos
Escribió alguien; que nació para ser bella,
Un tanto triste y de sonrisa hermosa,
Con su presencia, todo Mónaco ilumina,
Esta princesa es realmente primorosa.

Siendo la hija de una actriz como Grace Kelly,
Ella le hereda su donaire y su atractivo,
Y de su padre que es el príncipe Raniero,
La sangre azul, su gran clase y su apellido.

Philippe Junot, un playboy reconocido,
Primer marido entre tantos pretendientes;
El hombre no es muy grato en la familia,
Y lo aceptan pero a regañadientes.

A los dos años se divorcia la pareja,
Y el Vaticano no lo acepta; que no puede;
Mas puede más el poder del principado,
Y después de años, diez, la “Santa… Sede”.

El segundo marido, un millonario,
De nombre Stefano, menor que ella,
Se muere en altamar, en su deporte,
Dejándole tres hijos y honda huella.

Ella entonces se dedica a sus tres hijos,
Poco a poco su dolor fue mitigando,
Mantiene relación con Vincent Lindon,
Y su triste corazón va consolando.

Se enamora de Ernesto de Hannover,
Que es un príncipe que ya estaba casado;
El se divorcia para unirse a Carolina,
Le da una niña, y este cuento se ha acabado.

En todas partes los hombres la adoraron,
Y la admiraron tras un manto de tul;
Esta mujer de singular belleza,
Fue para muchos nuestra “Princesa Azul”.



CAROL II DE RUMANIA


Desertando del ejército se escapa,
Con su amante, Marie (Zizi) Lambrino
Con esto empieza su historia de romances,
Que no paran porque el hombre es my ladino.

Eleni, que princesa fue de Grecia,
Fue su esposa en el segundo matrimonio;
Luego conoce a Magda Wolf Lupescu,
Y en su amante la convierte “el muy demonio”.

Fue tan grande la aventura con Lupescu,
Que la corte, a la chica deportara,
Pero él la busca y en Paris vive con ella;
Como otro, porque el nombre él se cambiara.

Varias veces el rey Carol pierde su trono,
Por su vida sexual tan agitada,
Lo acusaron de corrupto y de morboso,
Su obsesión por el sexo no paraba.

Por la Lupescu, se corrompió el gobierno,
Pues su influencia es muy oscura y vil;
Finalmente él desfalca la corona,
Y se casa con su amante en el Brasil.



BARBRA STREISAND


sexoamorycuernos
Barbra Streinsand según la biografía,
Tuvo romances y affaires importantes,
Con figuras de Jet Set muy conocidas,
Que pasaron en su vida como amantes.

Con Dianita de Gales ” compartía”,
No solo a Carlos, el príncipe y consorte,
También Dody Al-Fayed fue compartido;
Que tal las dos; mirando al mismo norte.

Carlitos la admiraba desde joven,
Y en su pared colgaba sus retratos.
Cuando la actriz pasaba los sesenta,
La tuvo Carlos; en el noventa y cuatro.

Con Al-Fayed también hubo aventuras;
El joven Dody la tuvo entre las cejas;
Esto demuestra que esos dos enamorados,
Compartían el mismo gusto por las “viejas”.

Barbra Streinsand, cosechó entre sus conquistas;
Ryan O´Neal, Steve McQueen, Kris Kristofferson,
Omar Sharif, Peter Weller, Tommy Smothers,
A Richard Gere, a Jon Voight y hasta Don Johnson.

Hay otros más en la lista de invitados;
El joven Sydney, hijo de Charles Chaplin;
Un tenista campeón: Andre Agassi,
Y el ultimo romance con James Brolin.

Pero su último affaire, (no comprobado),
Fue con tabaco, de bragueta, y mucho whisky,
Hubiese sido duramente criticado,
Pues fue con Clinton, como Mónica Lewinsky
.


CABARRUS TERESA


Muy bella desde niña fue Teresa,
De doce años, ya los hombres la seguían,
Pronto aprendió a encaprichar varones,
Que en todas partes sus favores pretendían.

Con el fin de alejarla de este acoso,
A París han de enviarla sus papitos;
Allí se casa con marqués a los quince años,
Mas los dos intercambian sus cuernitos.

El marques y Teresa no se entienden,
Y los dos coleccionan sus amantes,
No dicen cuales ni cuantos fueron ellos,
Pero el monto de cuernos fue bastante.

Se separa por fin del marquesito,
Y fue a Burdeos; donde fue arrestada;
Pero a Tallien seducen sus encantos,
Y solo por ser bella es liberada.

Convertida en la amante de este líder,
Ella maneja el gobierno con candor,
Le baja a la violencia allá en Burdeos,
Y el pueblo le brindó su aprobación.

Mas Tallien, su amante, es trasladado,
Y en remplazo, Robespierre, envió otros dos,
Con la orden de ejecutar rebeldes,
Que se opongan a la revolución.

Pero pronto Teresa y su hermosura,
Enloquecen los enviados con pasión,
Sin que sepan que pasó, ni como y cuando
Como amantes, se los tomó a los dos.

Robespierre indignado con Teresa,
La traslada a otra ciudad y lugar;
Fue a Orleans, y desde allí la madrileña,
A París, a su Tallien se fue a buscar.

Robespierre en su cólera montado,
La encarcela, la quiere guillotinar,
Pero Tallien, derrocando a Robespierre,
Las guillotinas, decide clausurar.

Por los hechos, según cuenta la historia,
Que Teresa enfrentaba con valor,
Fue llamada con este nuevo mote,
Con honores; "Señora Termidor".

Se casa con Tallien, ya formalmente,
Mas esta relación, no es duradera;
El famoso y Teresa aún más hermosa,
Los dos buscan amantes por doquiera.

Por los brazos de Teresa desfilaron,
Muchos hombres famosos “al sazón”;
Como el líder de revuelta, don Paul Barras,
Y parece... que hasta el mismo Napoleón.

Finalmente se casa con un conde,
Don José de Caraman,  (llamaba él)
Y con este si se ajuicia Teresita,
Porque siempre a este marido le fue fiel.



BYRON LORD

Muy trágica la vida de Lord Byron,
Quien temprano se enamora de su prima;
Ella se muere y el joven queda triste,
Pues a ella, dicen, le entregó su estima.

Luego inició sus estudios superiores,
Y se destaca por el vicio y despilfarro,
Allí se gana el mote de: “buen chico”,
Pero patina paso a paso en muy mal barro.

Practica esgrima y también boxeo,
Y sin dinero, su vida ya se enluta,
Se muda ahora a una calle en Picadilly,
Y consigue una amante prostituta.

Va por España, Malta, Grecia y por Albania,
También recorre Portugal… Turquía;
Y en esos viajes de escritura y sexo,
Siempre un amante, hombre o mujer, habría.

A Thomas Moore, su biógrafo, conoce;
También con él, tiene sexo sin respeto,
Tiene un “affaire” con Lady Caroline;
Su vida siempre está ligada al sexo.

Se casa al fin, con Milbanke, Ana Isabella,
Y en la noche en que consuma el matrimonio,
Dijo a su esposa, que  se lamentaría,
Por que su esposo era el mismísimo demonio.

Como cuernos le coloca a su consorte,
Ella lo deja sin dar  explicaciones;
Byron se busca a Augusta, su hermanastra,
Y así sostiene incestuosas relaciones.

Acusado de incesto y de sodomía,
De libertino y muchos otros temas,
Abandona por siempre a su Inglaterra,
Y habla mal de su patria en sus poemas.

En Italia encontró más a venturas;
Margarita, se llama una afectada;
Convierte en un harem un gran palacio,
Y con dos condesas en las noches “tertuliaba”.

En Venecia una Teresa fue importante,
Lo demás poco o nada le importaba;
Dizque que allí, con casi trescientas damas,
Se acostó; según él fanfarroneaba.

Si fue cierto... ese hombre fue un peligro,
Hombre o mujer se andaban con cuidado;
Delante de él, no se inclinan dando espalda,
Porque el Lord, no se pierde un agachado.




BURTON RICHARD

El fue un símbolo sexual de las mujeres,
Y en su historia de flirt, no había rumores.
Con tres damas contrajo matrimonio,
Más Liz Taylor, el amor de sus amores.

Sybil Williams fue su primer consorte,
Y por Liz se separa como ciego,
Se casa con la Taylor al instante,
Y viven un romance palaciego.

Duró ese matrimonio… sus diez años,
Se separan… y vuelven y se casan,
Y otra vez se divorcia la pareja,
Problemitas y alcohol los amenazan.

Ante el nuevo fracaso con la Taylor,
Con Susan Hunt, se casa el despechado.
Más de un lustro comparte esta pareja,
Y su pasión por Liz Taylor no ha pasado.

Y Sally Hay, que es su final esposa,
Lo acompaña hasta el día de su muerte.
(Decían los envidiosos, que en mujeres,
El Richard Burton, fue un cabezón con suerte
.


BORGIA LUCRECIA

Son muchos los rumores que a esta dama,
Le han hecho circular como una noria,
Que confunden la verdad con la mentira,
Y al final nadie sabe como es la historia.

En medio de un escándalo la casan,
Cuando solo cumplía sus trece años,
Con Sforza Giovanni, de Pesaro,
Por decreto del papa (su padre) ; que gran daño.

Después de dos años de la boda,
Y no haber relaciones muy fructuosas,
De poco hombre acusan a su marido,
Y el acusa a la familia de incestuosa.

Que Lucrecia se acuesta con su hermano,
Que con su padre, el Papa, también lo hace,
Y el Papa muy tranquilo escucha el chisme,
Y el matrimonio con Giovanni, lo deshace.

Enclaustran a Lucrecia en un convento,
En su prisión ella está desesperada,
Pues solo ve a Perotto, el mensajero,
Y sin embargo resulta embarazada.

Con el fin de acallar las ¿malas lenguas?
El Papa dice que el niño es del hermano,
Mas luego cambia; dice que el infante es suyo.
El cuento del incesto no es muy vano.

Perotto, el mensajero, aseguraba,
Ser el padre del niño de Lucrecia,
Pero ella sabe que es de Cesar, su hermanito,
El cardenal de santa madre iglesia.

El Papa emite una bula en que asevera,
Que el es el padre de la infeliz criatura.
El niño con tres padres se conoce,
Un mensajero, un tío, un papa-cura.



BORBON FRANCISCO DE ASIS DE



Rey consorte de España, don Francisco,
Esposo de Isabel, reina de España,
Fue víctima en la corte de la intriga,
Del chisme, del complot y la artimaña.

Decían los chismes que esos once hijos,
Que la pareja concibió con “tanto esfuerzo”,
No eran de Pacho; eran de otros señores,
Cosas de cuernos; que enredan el entuerto.

Que la reina tenía ninfomanía,
Y de Francisco; que le decían “Paquita”,
Que era un rey más volteado que una arepa,
Mejor dicho que era un rey muy mariquita.

Cuchufletas y coplas les hicieron.
Búrlanse todos de la real pareja:
(Yo les transcribo una copla y un soneto,
Ahí se las dejo: servidas en bandeja.)


(A Francisco)
“Gran problema es en la corte
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea parado.”

(A Isabel II)
“Es madre, y de sus hijos se murmura;
Es vieja y con enredos se entretiene;
Es rica, y nadie sabe lo que tiene;
Es enferma de amor, y pide cura.

Aunque todos le han visto la figura,
Dicen que con su espíritu se aviene,
Y tímido o viril, según conviene
El eco de su voz vibra en la altura.

Pilláronla una vez en un renuncio,
Y aún puedes ver impreso en los diarios
De su historia fatal el claro anuncio.
Vive en la corte, haciendo calendarios,
Y en la plaza del rey o en la del nuncio
Admite flete a precios ordinarios.”

BLANCA DE BORBON


Muy triste, raro, y enredado matrimonio,
Fue el Blanquita con don Pedro de Castilla;
El rey Juan, promete dar la dote en cuotas, 
Pero la forma de pagar no es muy sencilla.

Cuando Blanca toma rumbo al himeneo,
Se retrasan con la segunda cuota,
Y el rey Pedro, aprovecha este infortunio:
No hay matrimonio por la promesa rota.

Blanca no quiso, jamás, casar con Pedro,
Con el Pedro enamorado de otra dama,
Más los pagos fallidos de la dote,
Daban al traste, con matrimonio y cama.

Finalmente luego de darle vuelta y vuelta,
Y especular con causas del retraso,
Se unen doña Blanca y el rey Pedro,
En una boda para cerrar el caso.

Pero el rey, en dos días la abandona,
Y nunca más quiere vivir con ella,
Porque aseguran que en el viaje hacia Castilla,
Con Fadrique, tiene amores  la “doncella”.

Unos dicen que fue a causa de estos cuernos;
Otros hablan de la dote, allá en Castilla;
Y aseguran otros tantos, que el rey Pedro,
La abandona por María, la De Padilla.

Lo cierto es que Blanquita queda sola, 
Por allá en un castillo confinada. 
Y por ponerle los cuernos a Pedrito, 
La dama terminó cornificada..

BOLIVAR SIMON


Con respeto, cariño y con loores,
Hablamos hoy, del gran libertador;
Porque el hombre además de ser tan grande,
Tuvo sus pasos en las lides del amor. 

En Europa el vio a María Teresa, 
Casi al instante él le entregó su amor, 
Se casan cumpliendo  requisitos, 
Pero ella muere, causando un gran dolor. 

El jura entonces; nuevamente no casarse, 
Y cumple el juramento muy fielmente, 
No se casa, pero tiene otros amores, 
Que permiten olvidar el incidente. 

Ahora él conoce a María Ignacia, 
Que “la güera Rodríguez” le decían, 
Una bella mujer de ojos azules, 
Que al buenode Simón conquistarían. 

La francesa, Fanny Du Villard, le sigue,
Una blanca mujer, de rubio oscuro,
Muy coqueta, que además era casada,
Mas su esposo de seguro era un cornudo.

Enigmática, bella, dulce y reservada,
Fue Teresa su nueva enamorada.
La relación con esta fue más larga,
Aunque si, más discreta y reservada.

Ana Lenoit, adolescente y linda,
De timidez y encantos sorprendentes,
Conquista el corazón del personaje,
Que estaba en veintinueve; muy vigente.

Josefina Machado de veinte años,
Conocida como “Pepa” íntimamente,
Era morena y de cabello oscuro,
Labios carnosos y criolla cual su gente.

Con “las Ibáñez” llega un caso muy aparte,
Con todas ellas y más con  Bernardina,
Hubo romances, aventuras y flirteos,
Y que más da, si las nenas son “divinas”.

Aurora Pardo, e Isabel Soublette,
Julia Corbier y Juanita, la Pastrano, 
Con Luisa Crobert, fueron otras de las tantas, 
Que pasaron por su vida en y por sus manos.

Una mujer “gruesita” de ojos negros,
Indecisa su mirada, tez rosada, 
Contaban que sus dedos eran bellos, 
Cabello negro, hecho en moña, bien peinada. 

Muy alegre era, y conversaba poco, 
Ella fumaba con gracia encantadora, 
Era Manuela, la famosa Manuelita, 
Manuela Sáenz, de Simón “libertadora”.

BETSABE

Bethsabé en el baño Luca Giordano Óleo sobre lienzo, 219 x 212 cm
Madrid, Museo Nacional del Prado (Detalle)


La bíblica mujer; que hermosa era,
Que esposa fuera del capitán Urías,
Era tan bella, tan sensual y tentadora,
Que al Rey David lo tentaba noche y día.

La Betsabé, muy poco pudorosa,
Sabiendo bien que el rey David la mira,
Se baña al aire libre y empelota,
Mostrando que es real y no mentira.

David confundido y excitado,
Mando a llamar a la bella descarada,
La entra a su alcoba y sin pensarlo mucho,
La toma, suya, con pasión desenfrenada.

De ese pecado, ella queda embarazada,
Y al pobre Urías, le conspiran muerte.
Ya muerto aquel, al harem pasa la dama,
Y de David, en su esposa se convierte.

Cambiar capitán por rey bien puesto,
Fue el resultado de aquellas fechorías,
Pues bien, Betsabé se gana el premio,
Por ponerle los cuernos al Urías.



BECQUER GUSTAVO ADOLFO


Al más grande de la rima que es Gustavo,
Con respeto traemos a este entorno.
Hablaremos de sus romances tiernos,
Que son pocos; pero hay uno de bochorno.

Conoció a Josefina (ojos azules)
Y comenzó a cortejarla sutilmente,
Pero pronto conoce a su cuñada,
Hermana de “Josefa” casualmente.

Gustavo se enamora de la Julia,
Dando inicio a escribir sus bellas rimas,
“Tu pupila es azul”, el le compone,
Pero esa relación pronto termina.

En casa de un doctor que le trataba,
Conoce a Casta, la que será su esposa;
Se casa con la niña en solo un año,
Y su vida se le tiñe color rosa.

Pero Casta, no es tan casta ni tan pura,
Y a los siete años, que no son tan eternos,
Le adorna la cabeza a su marido,
Con un par de relucientes cuernos.


BALDUINO I DE JERUSALEN

De tez muy clara, cabello muy oscuro,
No era muy grueso, normal era Balduino,
Muy serio y digno en su vestir y verbo,
Experto en armas, y de porte fino.

Su vida amorosa no fue extensa;
Aunque de tintes extraños salpicada,
Tres himeneos, no más, habla su historia,
¿Tal vez amantes?; no se supo nada.

Primero fue el esposo de Godehilda;
Conócese muy poco de la dama.
Luego se casa con Arda (ella si arde),
Pues la acusa de cuernos en su cama.

El dijo que los cuernos le ponía,
Con amantes, por cierto musulmanes,
Entonces va y la encierra en un convento,
Y desposa a Adelaida sin afanes.

Técnicamente era bígamo Balduino,
Porque Arda, su otra esposa aún vivía.
No tuvo hijos con ninguna de las damas,
Y sospechas de otra clase alentaría.

Las malas lenguas empiezan a desatarse;
Surgen versiones: unas pobres y otras ricas,
Pero ganan las más escandalosas,
Que difunden que aquel hombre era marica.



BAKER JOSEPHINE


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Su vida de romances no fue “bomba”,
No hubo cosas fuera de las normales,
Se casó de tan solo trece abriles,
Estrenándose en los roles ya sexuales.

Se divorció Josephine en poco tiempo,
Pues su esposo con ella no ha podido,
Y se casa nuevamente enamorada,
Con Willie Baker, de quien toma el apellido.

Pero el motivo por el cual la Josephine,
Se encuentra aquí, engrosando nuestra lista,
Es por su baile, su cuerpo y su erotismo,
Y por su estilo, que no hay quien lo resista.

Casi desnuda baila en las tarimas,
Muy diminuto todo su atuendo era,
Una faldita de platanitos hecha,
Con las puntas del banano para fuera.

BACANTES

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Bacantes eran unas mujeres griegas,
Que al dios Baco adoraban con locura.
A ese dios Baco, conocido dios del vino,
De la bebida, de borrachera pura.

Misterios báquicos llamaban a sus ritos,
En los cuales se tomaba hasta embriagarse.
Eran sus fiestas, orgias, o bacanales,
En donde todas tenían que empelotarse.

Las matronas y todas las doncellas,
A un monte solitario se subían,
Sin contacto con el sexo masculino,
Mucho alcohol y mucha droga consumían.

Luego al estar borrachas y drogadas,
Desnudas por el bosque se paseaban,
A los hombres se insinuaban con sus danzas,
Los maltrataban, excitaban y poco daban.

Esos ritos con trago y sin muchachos,
Nos llevan a pensar: “fiesta lesbiana”.
Es mejor el bacanal de ahora,
Porque hoy, la fiesta es más “bacana”.



BAUDELAIRE CHARLES

Una amante primero tuvo Charles,
Una mulata, llamada Jeanne Duval,
Pero pronto se dedica a la bebida,
Y el asunto le va terminar mal.

Por su vida bohemia se pelea,
Con todito su entorno familiar,
Se dedica al alcohol y hasta a la drogas,
Ignorando lo que le va pasar.

Conoce a Sarah, la prostituta,
Ella es Bizca y calva por demás,
Más encima le prende una venérea,
Por darle por delante y por detrás.

Con su sífilis regresa donde Jeanne,
Pareciera que su vida enderezaba,
Pero el “recuerdo” de Sarah iba en su sangre,
Y ese “recuerdo” finalmente lo mataba.



AUGUSTA MARÍA LUISA CATALINA DE SAJONIA


Augusta de tan solo quince “abriles”
Vio en don Guillermo, alagador futuro,

Pero al príncipe Augusta no lo atrae,
No era sexi la niña, ni el muy puro.


Pero Augusta de aquel, si se enamora,
Y esperaba feliz tener su boda,
Y recién cuando ella cumple sus diez y ocho,
Ellos se casan; ella se entrega toda.

Unas semanas viviendo en armonía,
Y la princesa pronto a punto de aburrirse,
No quiere  sobriedad, lores, ni cortes,
Ni distraerse, ni jugar, menos reírse.

El príncipe Guillermo se lamenta,
Porque su esposa no es nada femenina;
Que ella en la cama,  le hablará del techo,
Si se voltea,  hablará de la cortina.


Y viendo entonces que su cama no funciona, 

Guillermo se consigue amantes varias.
La princesita va quedando abandonada,
Consintiéndose sus glándulas mamarias.

Esto indica de forma contundente,
Que una cama muy mal administrada,
Conlleva al hombre a vivir sus aventuras,
Colocándole los cuernos a su amada.


ATREO

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Historia es de cuernos y venganza,
Y de crueldad, ésta del Rey Atreo
Era hermano gemelo de Tiestes,
Hijo de Pélope e Hipodamía; según leo.

Un día mirando, buscando en su rebaño,
Un cordero dorado encontraría,
Y pensando en esconderlo de Artemisa,
A su esposa, inocente entregaría.

Pero su esposa como tenía su amante, 
Que era Tiestes, su buen gemelo hermano,
Cordero entrega, como ella se entregara, 
Todo a Tiestes, se lo pone así en la mano.

Atreo supo de los cuernos por entonces,
Y su venganza planea sin sutileza;
Mató a los hijos de Tiestes, sus sobrinos,
Los cocinó y se los sirvió en la mesa.

Esta historia enseña y ratifica,
Que los engaños no pueden ser eternos:
Siempre se sabe si una dama se desliza,
Porque el marido se enreda con los cuernos.

ATALANTA


sexoamorycuernos
Otra que quiso conservarse virgen,
Y consagrarse por ello a la Artemisa,
Fue ésta; Atalanta, heroína y cazadora,
Encantadora por su cuerpo y su sonrisa.

El ser tan virgen, le trae complicaciones,
Oráculo fatal lo afirmaría;
Se volverá animal, si un día se casa,
Tan animal, como el que lo hace hoy día.

En su empeño por estar casta y muy pura,
Ella corrió peligros y aventuras,
Sola enfrentó una vez a dos centauros,
Que pretendían violarla sin mesura.

Corría contra hombres y apostaba,
Que se casaba con el que la derrote,
Siempre ganaba aún dando ventajas,
Les ganaba sin correr, a puro trote.

Mas llega un día, un joven muy apuesto,
Para correr por la mano de Atalanta,
Y a pesar de saber que era invencible,
El va y le apuesta, ya su fama no le espanta.

El le hace trampa tirándole manzanas,
Y ella se para cada vez y las recoge,
Seguro en la agachada de Atalanta,
El se aprovecha y por detrás la “coge”.

Al fin se casan y viven muy felices,
Y en un santuario copulan en rincones,
El templo era de Zeus y él se enoja,
Y de inmediato, los convirtió en leones.

La vida separada es su condena,
Pues los leones, los dos, salieron machos,
Si esos leones no eran "homosexuales",
No hubo sexo, ni amor, tampoco  cachos.



ATENEA



Es un caso de observar el de Atenea;
Nunca tuvo consorte, ni un amante,
Atenea La virgen, le decían,
Del sexo estuvo lejos, muy distante.

En cuestiones de amor y cornamenta,
Siempre estuvo a distancia muy remota,
No se desnuda, la ven siempre vestida,
Pero Tirisias se la “pilló” “empelota”.

Violar quiere Hefesto, a aquella Diosa,
Y ésta lo evita con pase de torero,
Mas el hombre que venía “pájaro en mano”,
Todo su semen derrama en el sendero.

Del semen en la tierra, nace un niño,
Y ella lo adopta ... ¿como es esto?
Erictonio llama el niño, nombre extraño,
¿Sería por la erección del viejo Hefesto?

ARTURO (El Rey Arturo)



Este Rey literario, de leyenda,

Nació de cuernos colocados a Cornualles,
Cuando el mago Merlín embruja a Igrayne
Y Pendragón, se desliza y le hace males.


Arturo que fue criado por sir Héctor,
En poco tiempo va encontrando buena fama,
La espada Excalibur saca del mármol,
Se vuelve Rey; el pueblo lo proclama.

Engendra un hijo que Mordred se llamaría,
En una relación que hay con Morgana,
Es hijo de un incesto consentido,
Pues la bella Morgana era su hermana.

Arturo ahora se casa con Ginebra,
Hermosa dama y sin igual doncella,
Pero ella se enamora de otro “loco”,
De nombre Lanzarote; y él, de ella.

Arturo al enterarse del idilio,
De Lanzarote con su esposa bella,
Condena a su mujer a ir a la hoguera,
Pero el amante la salva: huye con ella.

El Rey los persigue mucho tiempo,
Mientras su hijo del reino se apodera,
Al regresar, se matan mutuamente,
El padre contra el hijo: “que mamera”.